¿Cuál
es el Problema... Solo es Sexo?
Uno de los más serios problemas con la adicción sexual, es la manera en que afecta nuestras relaciones.
Uno de los más serios problemas con la adicción sexual, es la manera en que afecta nuestras relaciones.
Como lo
había mencionado antes, mi adicción sexual estuvo presente en mi
matrimonio y dañó la relación con mi esposa.
Como
resultado de mi uso pasado de pornografía, yo tuve mucha más
experiencia sexual que mi esposa.
Cuando
comenzamos a tener niños, la sexualidad comenzó a decaer más aún,
cuando el estrés de cuidar niños e infantes comenzó a pasar
factura en ella.
Así
que me encontré satisfaciéndome a mí mismo mucho más a menudo de
lo que ella me satisfacía. La cercanía en un matrimonio es la
combinación de los aspectos físico, emocional y espiritual de la
relación.
Desafortunadamente,
cuando uno de los aspectos de la relación comienza a romperse, los
otros tienden a sufrir igualmente.
Aunque
estaba buscando interiormente la satisfacción física, me volví
hacia dentro en lo que se refiere a mis necesidades emocionales y
espirituales.
Cuando
prescindí de necesitar a mi esposa para mis necesidades emocionales,
también dejé de satisfacer las suyas.
El
resultado fue la separación y el divorcio, luego de trece años de
matrimonio y tres hijos juntos. Esto no es inusual, ya que la
adicción sexual básicamente es egoísmo.
El
adicto al sexo se vuelve obsesionado en satisfacer sus propias
necesidades, a costa de aquellos que le rodean y el egoísmo, en
cualquier forma, es dañino para una relación de matrimonio.
El otro gran problema con la adicción sexual, es su naturaleza progresiva.
El otro gran problema con la adicción sexual, es su naturaleza progresiva.
Aunque
los anuncios de ropa interior y las películas clasificadas R pueden
ser visualmente excitantes para un adolescente, esa excitación no
continúa para el adicto al sexo. La necesidad de más y más
estimulación, conduce a una pornografía más explícita y de
naturaleza fuerte, películas de adultos, páginas web y
eventualmente el llevar a cabo fantasías formadas en la mente.
La
primera consecuencia de este comportamiento, es que la esposa deja de
ser la única persona merecedora de honor en la relación. En lugar
de ello, se convierte en objeto de gratificación sexual.
Eventualmente,
esto también se vuelve mundano y el adicto al sexo busca entusiasmo
de una naturaleza crecientemente ilícita.
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